El insensato mundo de hoy: Brujas y Diosas

Todas dejan huella

 

Estoy leyendo un libro con ese título, “Brujas y Diosas” es de una periodista que se paseó por toda América Latina entrevistando mujeres que han marcado hitos en la política, la economía, la moda y las artes.

Entre las que ya leí se encuentra Violeta Chamorro (primera presidenta de Nicaragua, primera mujer en latinoamérica en ser elegida presidenta, primera después de derrocar a un dictador, primera en todo pero también madre, esposa (después viuda), abuela, suegra y periodista). Le sigue Gloria Estéfan, cantante nacida en Cuba que se sobrepuso a una parálisis de sus extremidades después de un accidente automovilístico y que ahora no solo es una de las mujeres más influyentes en la música latina en Estados Unidos sino también una de las más ricas.

Otra que aparece en las páginas es Carolina Herrera, diseñadora de orígen venezolano cuyos vestidos circulan por las alfombras rojas de todo el planeta, además de contar con un imperio en el mundo de la moda que podríamos llamar “un poco más masiva”, tener varios perfumes exitosos con su nombre y cuyo monograma CH es casi tan conocido como los de las casas de LV o CD. Por supuesto no puede faltar entre las Chilenas Isabel Allende, a cuyas páginas todavía no llego pero quién no se sabe en Chile la vida de Isabel Allende si ella se ha preocupado de contarla y adornarla con sus toques de realismo mágico en varios de sus libros.

Hay sacerdotisas, curanderas, personajes famosos, esposas de líderes mundiales,  todas mujeres, todas latinoamericanas, personas extraordinarias a quienes les sucedieron eventos extraordinarios, lo cual es una combinación muy poderosa. Y de pronto mientras leía sus historias algo hizo click en mi cerebro y pensé en cuantas historias de mujeres podrían ser escritas de la misma manera. Mujeres que no son ni diseñadoras de modas, ni cantantes famosas ni escritoras de best sellers, mucho menos presidentas de su país, sino simplemente miembros del género femenino que  todos los días circulan por la calle, haciendo de la vida propia y de la de los demás cosas por las que vale la pena escribirles un libro entero.

Mi madre nos dió a todos sus 5 hijos una carrera universitaria sin haber estudiado ella más allá de la secundaria, sin carrera ni profesión, sin ayuda de nadie al princípio y con ayuda de los 3 mayores más adelante, jamás ha hecho alarde de ello ni tampoco se ha cansado de decirnos lo orgullosa que está de todos nosotros. Nos enseñó a ser honrados, trabajadores, persistentes, a estar unidos como familia contra viento y marea y a ser buenas personas.

Tengo una amiga chilena que tiene dos hijos pre-adolescentes a los que saca adelante ella sola también, tiene trabajo y además hace miles de pitutos, batalla con el presupuesto para llegar a fin de mes pero no se amarga, no se enoja, enfrenta todo con una sonrisa y sigue adelante.  Tengo varias amigas que son ingenieras, trabajan en un mundo de hombres y sobresalen en él, además de llevar sus vidas de pareja, de familia y de féminas en equilibrio.

Y más allá también están todas aquellas mujeres a quienes no tengo la fortuna de conocer, que llevan el día a día y a veces sin darse cuenta o sin una intención directa son una influencia positiva en la vida de otros, las que son el pilar y sostén de la familia, las que forman redes de apoyo para quienes las necesitan, las que se postergan por sus hijos y sus maridos, las que viven vidas aparentemente anódinas sin hacer grandes cosas pero que por dentro llevan la misma fuerza, el mismo empuje que aquellas homenajeadas en el libro que estoy leyendo.

Madres, amigas, abuelas, primas, tías, profesoras. Si tú conoces mujeres como estas de las que estoy hablando (y sé que las conoces, porque están en todos lados), te invito a mencionarlas en este post, puedes hacerlo como tú quieras, por nombre o simplemente diciendo lo que hacen o por qué son importantes para tí. 

*Por Mexicana