¡Quiero mi sol ahora!!!
Antes que alguien me corrija, sí sé que oficialmente todavía es invierno y que seguirá siendo invierno hasta después del 18, pero no recuerdo haber estado en la segunda semana de septiembre usando bufanda y prendiendo la estufa.
Creo que todos los que vivimos en climas mediterráneos, con cuatro estaciones bien marcadas durante el año sufrimos el mismo síndrome de “¿cuándo va a cambiar el clima?.. estoy aburrid@ del ….” O no?
Cuando el verano ya lleva un tiempo instalado y las vacaciones se acabaron lo único que quiere la gente es que se pase el calor y que llegue el otoño, luego en el otoño (antes caracterizado por ser un época lluviosa) después de un rato la gente se aburre y empieza a querer que llegue el frío, para tener la excusa de quedarse en la casa tapado hasta las orejas.
Y así sucesivamente… es inevitable. El hecho de saber que pronto viene otra cosas nos convierte inmediatamente en una parodia de los ansiosos niños sentados en el asiento trasero de un auto durante un largo viaje, preguntando incansablemente “ya llegamos?.. ya llegamos?.. ya llegamos?”
Moraleja… y tal como decía el pintor Miguel Angel cuando le preguntaban cuándo iba a terminar la Capilla Sixtina : “terminaré cuando lo termine”… que aplicado al tema del post de hoy sería algo así como “la primavera llegará cuando llegue”.
Habrá que conformarse con que las estaciones sí se están corriendo, que tal vez no podamos andar este dieciocho en manga de camisa y que seguramente los ponchos de los huasos ya no serán un elemento meramente decorativo del atuendo típico sino que cumplirán el fin para el fueron creados: abrigar.
