14 de junio de 2011

Cultura Casquivana: Cine y Literatura

¿Amigos o Enemigos?
 

Cuando los “creadores” de Hollywood o cualquier otra meca del cine quieren asegurarse un éxito con sus películas, lo más fácil es acudir a historias que han sido probadas con éxito y que están en el gusto de la gente aún antes de ser llevadas a la pantalla. Me refiero a las películas basadas en libros.

La mayor parte de las veces cuando veo una película basada en un libro es porque ya leí el libro, pero si no lo he leído y la película me gustó mucho, entonces lo busco y lo leo porque se que todo será mil veces mejor que en la película. Por el contrario, una excelente historia en el papel corre peligro de ser destrozada por un mal guionista y un director descuidado y termina siendo un fiasco no solo para los que la leyeron y disfrutaron antes, sino incluso para quienes nunca tuvieron contacto con el libro.

La verdad es que pocas veces me ha parecido que una película esté a la altura del libro que le dio orígen pero eso no significa precisamente que sea demasiado exigente, sino que puede tener su explicación en un trauma infantil (y aquí voy de nuevo, a hacer terapia de blog) porque cuando era chica, como nunca estaba quieta la única forma de aplacarme era leerme cuentos y para eso usaban una colección de cuentos clásicos de Disney que no era tan extensa como ahora por que no todos eran clásicos en esa época. El asunto es que de chica era adicta a las novelas rosas de Disney y me las leían una y otra vez a tal punto que llegué a a aprendermelas de memoria.

Todo bien hasta que ví la película de Blanca Nieves, que si bien tenía exactamente los mismo diálogos del cuento (ya que ambas eran versiones oficiales), no le llegaba ni a los talones a la película que mi imaginación se había hecho tantas veces. Fracaso total. Odié Blanca Nieves y después odié todas las películas de Disney que estaban basadas en los cuentos clásicos.

Pero bueno, eso quedó en la infancia. Ahora como que los directores se dan el trabajo aunque sea de leer el libro y tratar de entenderlo, ver más allá de la posibilidad comercial que pueden darle a la película y ponerse en el lugar del  espectador-lector para entregarle algo que va a disfrutar tanto o más que el libro. Los británicos se pintan solos para este tipo de películas ya que tienen un inmenso respeto por su literatura y aunque no son perfectas, las versiones (antiguas y nuevas) de las obras de Shakespeare, Jane Austin y las hermanas Bronte entre otros, son bastante buenas pero por otro lado David Yates parece que nunca leyó los libros de Harry Potter.

En cambio los norteamericanos andan ahí nomás...cuando salió la película de “Comer, rezar y amar” me negué a verla hasta despues de haber leído el libro y no me arrepiento, si hubiera visto la película primero no habría querido leer el libro y me hubiera perdido de algo, lo mismo me pasó con “Entrevista con un Vampiro”, “Alatriste”  y “Las Aventuras de Tom Sawyer” (Mark Twain se muere otra vez si la ve).

¿A ustedes qué les gusta más? ¿Versiones literarias o versiones cinematográficas? Tienen derecho los guionistas y directores a robarse los triunfos de otros? ¿Alguien más quedó traumado con los clásicos de Disney? :)
*Por Mara

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