14 de marzo de 2011

In-sensata en la oficina: Con la sartén por el mango.

La jefa
 

El personaje del jefe es quizás uno de los mas variopintos en el universo laboral. Todas hemos tenido uno o sido uno en alguna etapa de nuestra vida de trabajo así que sabemos muy bien de qué trata el asunto.

Yo creo que en el caso de las mujeres, tener una jefe mujer es un poco más complicado, y viendolo del otro lado del cristal también. Es decir, a las muejeres les es difícil ser jefes y mandar sobre otras mujeres. ¿Porqué digo esto? Pues porque desgraciadamente la mayoría de los esquemas laborales están diseñados por y para hombres, entonces esperan que las mujeres nos comportemos como hombres en ciertas situaciones laborales.

Lo que no se ponen a pensar es que las mujeres, por crianza, por genética y forma de vida somos las que tenemos mejores aptitudes para ser líderes. Nuestra capacidad para ponernos en los zapatos de otros, de percibir las cosas con anticipación y el béndito sexto sentido nos convierten en los seres perfectos para desempeñar cargos en los que sea necesario liderar equipos de personas. Además no podemos dejar de mencionar otras aptitudes como ese instinto que tenemos para proteger a los que nos importan, y la habilidad para lograr nuestras metas aún cuando los recursos no son suficientes o no son los que desearíamos.

El problema surge cuando tratamos de abrirnos paso hacia esas pocisiones. Tenemos que enfrentar varios obstáculos, desde compañeros envidiosos (y estudios comprueban que quienes más te ponen el pie son las mujeres) hasta jefes que no soportan la idea de ver a una mujer tomando su puesto, pasando a veces hasta por miembros de nuestra propia familia como tu mamá o tu propio marido que creen que si tienes más reponsabilidades o mayor sueldo ya no vas a atenderlo a él y a tu familia como antes.

Hay que ver las que tenemos que pasar las muejeres para llegar a puestos de importancia en una empresa! En el peor de los casos, una mujer tiene que elegir entre su familia y su trabajo y esa elección no siempre es fácil. Conozco casos en los que la mujer siente que su deber es priorizar a su familia pero su deseo es completamente lo contrario...y por el otro lado también hay casos en los que haber priorizado su carrera termina convirtiendose en arrepentimiento por haber dejado otras oportunidades personales.

Y encima de todo eso...cuando por fin llegamos a la tan ansiada jefatura, hay que portarse como Doña Barbara (la de la foto arriba) y defenderla casi a punta de pistola! Desgraciadamente todas las aptitudes femeninas que nos sirvieron para llegar ahí, tienen que dar paso a acciones más fuertes para mantenernos. Aquí la máxima de “respetar para ser respetado” no funciona, hay que hacerse respetar especialmente si estás en un medio primordialmente masculino. A las que lo logran, mis respetos...a las que se han quedado en el camino o han elegido uno diferente, también mis respetos. El gran logro será, igual que Doña Barbara, tomar el destino en las propias manos.

1 comentario:

  1. No sé si decir mejor aptitud para lider, por la naturaleza, es caer en lo absoluto de los hombres. Si creo que cada cual con fortalezas sutilmente distintas que favorecen en ciertos ocasiones (cargos) a las mujeres.
    Me gusto el artículo, sobrevivo a la discriminación de ser mujer en mi trabajo, a un mismo nivel jerárquico gano menos que mis iguales, son hombres. Pero con mi mejor sonrisa a seguir luchando.

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