8 de julio de 2011

Vida Casquivana: Volar con alas propias

Y dejar volar

La verdad es que el día de hoy tenía planeado escribir un post muy ácido pero mi cerebro se despertó esta mañana y lo primero que recordó es que mi sobrina de 17 años se va de viaje sola. Y por supuesto ahora no puedo pensar en otra cosa así que el post ácido se los debo para la próxima.

Mi niña (que yo le digo así, aunque de sobra entiendo que ya no es una niña) es la sobrina mayor y nació cuando yo ya tenía edad para recordar las cosas más trascendentales (léase cuando yo ya trataba de ser adulta aunque la verdad eso todavía no se me da mucho) y por lo tanto tengo grabados en la memoria recuerdos de cuando era bebé y yo la cargaba, la dormía...y sí, literalmente le cambiaba los pañales.

Entonces que de un día para otro (o así lo siento yo) que me llegue la noticia de que se va durante 3 semanotas a un viaje con un grupo de adolescentes, fue como un balde de agua fría porque me di cuenta de que mi niña creció y está lista para salir al mundo...exactamente a la misma edad a la que yo lo hice. Y ahí comenzó el horror.

Ahora entiendo en parte cuando los padres les dicen a sus hijos la temida, novelesca y poco valorada frase de “pero algún día serás madre y me vas a entender”. Ahora entiendo! y eso que es mi sobrina, pero yo la siento como mi hija, excepto -claro- por el hecho de que no tuve que alimentarla, educarla y cuidarla como si lo fuera. Por supuesto que a ella le digo que estoy súper felíz y muerta de la envidia por su viaje, pero por dentro me come la angustia de puro acordarme de todas las salvajadas que yo hice a esa edad y más chica en cuanto me soltaron las riendas.

Siempre me ando vanagloriando de que mi sobrina salió a mí en esto o aquello (aunque la verdad es que ella es más de todo, más bonita, más graciosa, más flaca, más inteligente) pero por Dios que ahora rezo para que no salga a mí en lo aventurera! O sea, nadie más que yo quiere que tenga mil aventuras porque en eso está la sal de la vida también, pero ahora sí espero que esta vez no me supere y sea menos intensa, aventada e inconsciente que su tía.

Si en algún momento me toca pagar todas las que hice de adolescente, espero que no sea con ella! En todo caso, porque la conozco estoy segura de que ella será más cautelosa que yo, mucho más responsable y sacará mejor partido de este, su primer viaje sola.

Mi primer gran logro (salir de casa a los 17 años) ahora se transforma en mi primera gran preocupación, pero por último me queda el consuelo de que a mí si me va a mostrar a su regreso toooodas sus fotos, incluso las que se tome con guapos desconocidos o haciendo locuras con sus amigas. Ahí sabremos si de verdad salió a mí!

*Por Mara (la tía atribulada)

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