4 de agosto de 2011

Experiencias Casquivanas: Metro de Santiago

Andando en Círculos
Casi todos los días escucho las increíbles historias de mis compañeros de pega sobre su odisea diaria en lo que otrora fuera el medio de transporte orgullo de los santiaguinos…. me refiero al Metro. Relatos casi increíbles sobre abuelitas que se abren paso a codazos y patadas entre los usuarios, empujones, apretones y otras cuantas cosas más.

Me parece increible el caos en el que se ha transformado un viaje en metro, y no solo en horas punta donde además de ser más caro, es imposible transitar, sino también en aquellas horas en las que uno piensa que los carros van vacíos. Esa hora ya no existe, no importa si es de día o de noche, entre semana o finde...el río interminable de gente ansiosa por llegar a su lugar de destino no deja de fluir en ningún momento.

Ayer quedamos con F de juntarnos para un traguito a la salida de la pega, yo más que contenta, bien arregladita y todo salgo de la ofis y parto al metro… “habrá algo de gente, pero por un par de estaciones no importa ir un poco apiñada”.. craso error… primero tuve que dejar pasar un tren porque ya a la estación llegó lleno a reventar, lo impresionante fue que aún así la gente se trató de subir.. incluso un tipo se paró entre las puertas y cuando estas se cerraron le dio de lleno (si fueran con guillotinas lo parte en dos).

Cuando por fin logré subirme me dí cuenta de que subirse no era el gran problema… el asunto realmente complicado se encontraba en la bajada. ¿Por qué la gente que está esperando en el andén no se aparta y deja que los que están en el tren se bajen primero para dejarles espacio? ¿Acaso hemos olvidado toda regla de amabilidad y buen comportamiento, en pos de un ajetreado ritmo de vida? Parece que así es, ya no nos importa la caballerosidad, la amabilidad con el prójimo y ni siquiera somos capaces de darle prioridad a las cosas que deberían tenerla...¡si hasta cuando el Titanic se hundía y todos iban a morir, la gente obedecía a la regla de “los  niños y las mujeres primero”!.

Ahora nada de eso, todos piensan única y exclusivamente en una cosa -o en este caso una persona- yo. Primero yo, después yo y luego yo. ¿Cómo tanto yoísmo? Me parece que es un círculo vicioso porque es la misma cultura y las actitudes de las personas a nuestro al rededor lo que nos empuja a ser así. Si te ves rodeado de gente que trata de apoyarse en tí para subir un escalón y ocupar tu espacio, obviamente que te vas a defender con la misma moneda.

Vivímos en una civilización de “golpea o serás golpeado”. Y es impensable a estas alturas ser objeto de un acto de amabilidad hasta en lo más básico. Siempre me sorprende la cara de asombro que pone la gente a la que dejo pasar primero que yo en la caja del supermercado, o al mirada de indiferencia (casi de desprecio) que me dirigen los hombres en el metro cuando le cedo mi asiento a una señora de edad mayor. Pero igual sigo haciendo este tipo de actos, porque creo que poniendo nuestro granito de arena podemos cambiar el mundo.

Por eso en Casquivana queremos hacerte la invitación a que tú también sorprendas con pequeños actos de amabilidad en los momentos menos esperados, ceder tu espacio en el metro, tu lugar en la fila, dejar pasar al conductor que va frenético tratando de rebasarte, sonreírle a alguien desconocido...porque estamos seguras de que como el karma se regresa, poco a poco podremos revertir ese círculo vicioso del yoísmo y convertirlo en un círculo de amabilidad y convivencia.
*Por Malú y Mara

1 comentario:

  1. Es horrible, me deprime el metro, a veces no queda otra que esperar o salir a la superficie donde esta el sol y no se si es muy diferente pero por lo menos esta el sol xD

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...