9 de agosto de 2011

El insensato mundo de hoy: Historia de un viejito notable

Uno entre mil 

Fuí a poner bencina cerca de casa porque el auto ya andaba casi que con el puro aire, llevaba prisa porque tenía que ir a buscar al Esclavo a su oficina y llevarlo a otro lado (ahora resulta que yo soy la Esclava del Esclavo). Al llegar a la bomba de bencina me atiende un viejito con el consabido discurso “bienvenida a … mi nombre es ….cúanto desea cargar?” con un sonrisa de oreja a oreja, lo cual ya era atípico de por sí, y más con el frío y lluvía que hacía ese día.

Después de comenzar a cargar se acercó de nuevo y me ofreció los servicios de cambio de aceite y lavado de parabrisas. A este último le contesté que no valía la pena porque llovía a cantaros y el viejito se puso a contarme que él de todas maneras ofrecía todos los servicios porque el cliente era primero y porque él se sentía orgulloso de su trabajo y de hacerlo bien y de ahí se puso a contarme todos las cosas buenas que tenía trabajar para esa bencinera, los bonos, los días libres, que les regalan parrilladas...la cosa se alargaba pero yo dejé de tener prisa, me encantó el caballero! Y para terminar con broche de oro, antes de despedirse me dice “ya ve pueh señorita, si lo importante es esforzarse y hace bien el trabajo, si uno quiere tener cosas tiene que trabajar y así le va bien!”.

Me fuí de ahí con una sonrisa gigante, de pronto el día ya era frío y lluvioso y gris sino un agradable día de lluvia. Como hace falta gente así! El orgullo y la felicidad que ese viejo transmitía, hace mucho que no la veo  en alguien joven. Es cierto que a mi de chica me enseñaron que con esfuerzo, trabajando duro y siendo honesto se puede conseguir todo, pero como uno va creciendo se va dando cuenta de que la cosa no es tan así, que a veces por más que te esfuerzas valen más las conexiones que tienes, los pititutos (que fea palabra!), que existe gente que no tiene ética y que si puede te aplasta para pasar por encima de tí. Por eso los valores y las prioridades van cambiando.

Lo comparaba con los estudiantes que lo quieren todo gratis y todo ahora...este señor creció sin internet, sin celular, sin insta-todo como le llamo yo a esa costumbre que tenemos los más jóvenes (ejem!) de conseguirlo todo en un instante con apretar un botón. ¿Donde quedó la cultura del esfuerzo? ¿porqué todo tiene que ser fácil? miles de jóvenes profesionales que están ahora acostumbrados a que si su trabajo se les hace muy pesado, se cambian o si su jefe es un déspota pesado en lugar de quedarse y demostrar que se la pueden más que ese energúmeno, se van.  

Y conste que no me estoy contradiciendo, yo siempre me las doy de sibarita y disfrutadora y he dicho hasta el cansancio que uno viene a esta vida a vivirla y no a sufrir, pero resulta que para vivirla, hay que ganarsela! si no fuera así, todos naceríamos con el fideicomiso en el banco. ¿Quieres todo fácil, peladito y en la boca? conformate con lo que tienes...¿quieres más? tienes que esforzarte para alcanzar tus metas.

Tuve un compañero en la facultad que provenía de una étnia indígena del centro de México. LLegó a la ciudad a estudiar con una mano adelante y otra atrás, trabajó de todo lo que pudo para mantenerse mientras estudiaba, hacia 2 o hasta 3 turnos, estudiaba en sus ratos libres y fue pasando las materias, no se atrasó nunca, se graduó comenzó a trabajar en psicología, hizo un magister, luego un doctorado y no digamos que es millonario, pero económica, familiar y emocionalmente está muy bien... se acuerda de lo duro que fue la época universitaria pero siempre dice que valió la pena. 

A veces la gente confunde los derechos con las obligaciones, creo yo. 
*Por Mara

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