5 de diciembre de 2011

Verdades Casquivanas: Aunque la mona se vista de seda...

...Mona se queda
Ni más ni menos. Y para muestra de que este dicho es una gran verdad no hay ni que salir a la calle, basta con prender la tv y sintonizar cualquiera de los canales nacionales a la hora en que la farándula se anda paseando por la parrilla televisiva. Adriana Barrientos vestida desde la punta del pelo hasta la punta del dedo gordo del pie con etiquetas de Prada, Gucci, Ferrari (hubo un tiempo en que no se sacaba la chaqueta roja del caballito) y otros bling-blings de la moda, gritando a los cuatro micrófonos (vientos) cuánto le costó el modelito, los zapatos y hasta los anteojos de sol.
Está bien ¿no le gusta la farándula o el control del tele está muy lejos de la cama o en la oficina no hay donde ver a la Barrientos? No se preocupe: mire para el lado o asómese a la ventana y vea a los transeuntes en la calle...más de uno saltará a la vista para comprobar que el dinero lo puede comprar todo, pero todo, todo, menos clase.

Y sí, le doy permiso de odiarme por clasista, elitista, burguesa y todo lo que quieran (y por ser bonita como decía el comercial de tele). Pero no me pueden negar que en esta vida, lo que se hereda no se compra y cuando no se hereda la clase, hay que pasar por algo más que un Fashion Emergency para adquirirla. No te sirve casarte con un millonario, salir en la tele, ser socialité (aunque bueno, en Chile cualquiera con 5 minutos es socialité, pregúntenle a "Perla") o ganar un concurso o un reality...muy pocas monas han logrado vestirse de seda y dejar de serlo.

Todo esto viene a cuento de los zapatos de Laboutin y el vestido Armani que ví paseandose el sábado pasado en el mall colgando de una percha con el pelo mal teñido, las medias corridas (medias, con el calor que hacía), el maquillaje hecho plasta y hablando a gritos con el cigarrillo en la boca y los garabatos a flor de labio que le salían a borbotones. Eso sí, para que no quedara duda, su cartera era LV, sus lentes Gucci y el vestido lo reconocí porque este mismo fin de semana salió en una revista...no había pierde: la tipa era una mona vestida con seda.

Tan traumada me dejó, que tuve que venir a escribir este post. Y ahora que me descargué, me queda resonando una reflexión un poco más profunda: ¿esa señora no tiene amigas, hijas, marido, mamá? lo que sea que la quiera lo suficiente para decirle que se ve mal, se escucha peor y cae más mal que el hígado? Yo juro que si la vuelvo a ver, me arriesgaré al rosario de improperios y por lo menos le pasaré un papelito que diga algo así como "menos seda y más monerías por favor".
 *Por Mara

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