Tuvimos invitados para la cena de Noche Buena, así que con el Esclavo nos pasamos todo el día 24 en la cocina, preparando comida rica, bebiendo vino blanco para capear el calor y conversando mientras picabamos, horneabamos, sofreíamos, exprimíamos y demases labores culinarias. Lo pasamos bien, la verdad.
Y llegada la noche lo pasamos aún mejor con los invitados. Estuvimos tranquilos, conversando y escuchando música, brindando y esperando las 12:00 para darnos el abrazo y seguir comiendo, bebiendo y conversando. Por supuesto El Esclavo y yo nos habíamos tomado una de esas bebidas energéticas del torito, de las que “te dan alas” porque de otra manera habríamos caído en los brazos de Morfeo muchas horas antes de que llegaran los convidados y habría sido fome dejarlos vestidos y alborotados tocando el citofono por siempre.
Terminamos destruídos de todas formas y el día de ayer, Navidad, lo pasamos arrastrandonos desde la cama al sillón y desde el sillón a la cama con escala en la cocina para comer algo y seguir durmiendo en uno u otro lugar, según fuera la circulación de aire de la casa, porque para acabarla de amolar el calor era poco menos que insoportable.
Creo que nunca me había tocado una Navidad tan quieta. En mi casa en México se estilaba que el 25 uno siempre salía de la casa para ir a dar el abrazo a amigos cercanos y familiares que no había visto para la Noche Buena. Luego a medio día el recalentado en casa (juro que el pavo navideño es mil veces más rico al día siguiente) y por la tarde a misa y luego a tomar un helado o un cafe en el malecón (la costanera). No importaba mucho qué hacer, a donde ir o con quien, el caso era no quedarse en casa porque era fome.
Ahora lo único que quería era quedarme en casa, ni siquiera bajamos a buscar el diario hasta bien entrada la tarde, que el Esclavo decidió hacer el sacrificio de sacarse el pijama y bajar. De hecho ahora me doy cuenta de que ya necesito más de 24 horas para recuperarme, todavía estoy destruída!
Pero si extrañé el recalentado a medio día. Volver a reunirme con la familai, ya sin la etiqueta de la noche anterior, todos en jeans y despeinados, para volver a comer pavo (y seguir comiendolo durante 2 o 3 dìas despés porque mi mamá es mala para calcular y siempre compra uno más grande de lo necesario. ¿Ustedes qué hicieron para Navidad? se quedaron flojamente en el sillón igual que yo o salieron? ¿o venían manejando de algún lugar del país a otro? ¿o se reunieron con la familia para el recalentado? en ese caso gozarán de toda mi envidia.
¡Feliz Navidad!
*Por Mara