Cuando el viejito cumple...
No se puede negar que todo el mundo anda en onda navideña, en Casquivana ya hemos hablado de las tradiciones (pasadas y presentes), del amigo secreto y de las cenas, pero hasta el momento no hemos tocado el delicado tema del REGALO DE NAVIDAD.
Pero que lata andar poniendo el dedo sobre la yaga a nuestras lectoras que aún no terminan con sus listas y tampoco me quiero referir a aquéllos que por opción han decidido no incluir regalos en sus celebraciones navideñas. Menos me voy a hablar sobre los que irresponsablemente se endeudan para hacer una navidad mágica materialmente hablando y terminan teniendo un año miserable para pagarla…
Nop, nada de eso, sino que quiero que todos hagan un viaje a su infancia (o adolescencia, o juventud, o al momento pasado de su vida que quieran) y recuerden ese preciso momento en que, aún creyendo en el viejito pascuero, abrieron esperanzados el paquete envuelto en papel de regalo (no marcado por los logotipos de las grandes tiendas) y descubrieron que contenía lo que siempre habían soñado…
Nunca fui buena para hacer cartas al viejito pascuero, pero me acuerdo que una vez, seguramente en primero básico, una de las actividades de fin de año (para mantenernos entretenidos) fue hace runa carta al viejito donde también teníamos que incluir los regalos que queríamos para el resto de la familia, asíque yo incluí a mi hermano que es más chico y en ese entonces no sabía escribir… y sorpresa!!! Bajo el arbolito aparecieron los regalos de la lista!!! (bueno, uno de la lista para cada uno.. porque era bien larga…jejeje).
De ahí en adelante dejé que el viejito me sorprendiera cada año, pero descubrir en ese momento el regalo que justo había pedido fue genial, lo extraño es que solo me acuerdo de los regalos, pero no del momento mismo… raro no?
Y ustedes… se acuerdan de algún regalo navideño que haya marcado un antes y un después…?