Ese que no es una fiesta
Como lo mencionaba Malú en el post sobre la fiesta de fin de año de la oficina, se viene la recta final del año comenzando con las últimas semanas de Noviembre y las 4 de Diciembre...y zaz! se acaba el 2011. Todavía no vamos a hablar de los propósitos y metas para el 2012, o de la amenaza del fin del mundo que supuestamente cuelga sobre nuestras cabezas desde tiempos de los mayas.
El motivo de mi preocupación de fin de año es que todo el mundo anda ya arrastrando la cobija, a menos de media marcha y no ve la hora en que todo esto se termine o por lo menos que pase la locura de las fiestas y se venga Enero cuanto más rápido mejor.
Debo decir que esto de que todo termine al mismo tiempo que el año es un arreglo nuevo para mí. En el hemisfério norte los niños terminan el año escolar en Julio , tienen vacaciones de verano hasta Septiembre y el año fiscal se cierra más o menos en Noviembre, por lo que en Diciembre ya anda todo el mundo felíz y descansado para celebrar las fiestas.
En cambio acá siento como que todo se junta en una combinación horrorosa que nos pone a todos con los nervios de punta: Los niños ya están chatos del colegio, no quieren más y no pueden más, ya no aguantan al profe y el profe ya tampoco les tienen paciencia. La tele ya está pasando comerciales de todo lo que podrían pedirle al Viejo Pascuero y comienza la cantinela de los papás “si no te portas bien, el Viejo no te va a traer nada” pero generalmente esto ya no funciona porque a estas alturas del año ya no funciona nada. Al menos para los niños aunque ya están cansados viene el aliciente de 2 meses de vacaciones y los regalos de Navidad.
Pero los adultos no la tenemos tan fácil. Los dos meses de vacaciones se terminaron cuando salimos de la universidad y los regalos del Viejo Pascuero se transformaron en una carga, hay que cumplir compromisos de todo tipo (de trabajo, sociales, etc) y comienza la maratón de compras para Navidad, que el amigo secreto, que el regalo del pololo, la suegra, la mamá, la abuelita y hasta el perro. Hay que prepararse para comenzar el año, ver si habrá lucas para las vacaciones, preparar a los niños para el nuevo año escolar, pensar en listas de útiles escolares, uniformes, colegiaturas. Además el trabajo ya nos tiene reventados y no pensamos, solo actuamos, como en automático; lo malo es que el jefe anda en las mismas y no tiene mucha tolerancia en estos días.
Ah! y a eso le agregamos que al mismo tiempo que peleamos la guerra contra los kilos de más para el verano, se vienen todas las cosas ricas que hay para comer en las fiestas y en la temporada (pastel de choclo, humitas...las estoy esperando!!).
Uf! me agobié de solo escribirlo!! Esta carrera no hay quien la aguante! Me gustaría decirles que tengo un remedio o un consejo para evitar o siquiera sobrevivir a esta época, pero desgraciadamente no. Así que si alguien lo tiene, compartalo, muchos se lo agradeceremos!!!
*Por Mara