15 de noviembre de 2011

In-sensata en la oficina: Fiesta de fin de año

Tirando la oficina por la ventana!!!
Ya faltando un mes y medio para fin de año (cómo pasa el timepo!!), salió durante la hora de almuerzo en la oficina el tema sobre la fiesta de fin de año. Es una tradición instaurada, todas las empresas, sin importar si son grandes o pequeñas hacen algún tipo de evento en estas fechas para despedir el año que se va y sembrar esperanzas y buenas vibras para el que viene.

Mientras mis colegas discutían y especulaban sobre la fiesta que ya tenemos adportas, que dónde va a ser, que quienes reciben la chapita por cumplir años… que quién va y quién no (por la fecha muchos tienen eventos en los colegios de sus hijos) y ahí fue cuando la conversación dio un giro y aunque el tema de fondo (la fiesta de fin de año) siguió presente, la atención se desvió hacia la eterna preocupación del género femenino y la cual es a la vez la condicionante número 1 para asegurar nuestra asistencia al magno evento corporativo: la ropa!

Las exclamaciones de “ah! No se si vaya porque no tengo qué ponerme…” no se hicieron esperar, dando paso a las descripciones verbales del contenido del closet y el posterior análisis colectivo de las prendas candidatas, porque a pesar de lo que los hombres podrían pensar de nosotras (me refiero a salir corriendo al mall a comprar ropa nueva para la fiesta) todas coincidimos en que el evento, por muy  elegante que fuera, no amerita que invirtamos en ropa nueva… si no es matrimonio la cosa…

Y qué se pone una para este tipo de eventos? Cuando se trata de un día campestre el asunto es menos complicado, unos jeans no muy ajustados, con una polera o blusa bonita y chalas o zapatillas dependiendo de la preferencia de cada una. Cuando el tema es ya más formal pero no tanto como para sacar las lentejuelas del closet y manteniendo el estilo de fiesta (no confundir con el estilo formal de trabajo) nos situamos en esa delgada línea de lo ni muy muy ni tan tan y corremos el riesgo de caer hacia cualquiera de los dos lados (muy elegante o muy informal).

Yo creo que aquí es donde entra la definición de ropa de “cóctel”, donde entran los vestidos y faldas de largo intermedio, ni ajustadas ni vaporosas y las blusas de cuello halter en alguna tela semibrillante de color liso o estampado (para darle el look fiestero) y posiblemente con algún lazo o broche que le de estilo.

Es importante recordar que nuestros jefes, compañeros y subalternos estarán mirándonos, así que mejor olvidar los mini vestidos y cualquier tipo de prenda que no deje nada a la imaginación, dejemos esas cosas para cuando estemos entre amigos, recuerden que aunque sea una fiesta estamos en un ambiente laboral y eso de que lo que pasa en la fiesta se queda en la fiesta no es tan así... o sea, nadie la van a echar de la pega por llegar a la fiesta mostrando más de la cuenta, pero esa imagen quedará para siempre en la retina de tus superiores.

Chicas, aprovechen estos eventos para “promocionarse” laboralmente hablando, ya que en este tipo de situaciones es posible entablar conversaciones más informales con los mandamases (suelen tener la disposición de intercambiar al menos un par de palabras con los plebeyos), hacerles saber que una existe y que ha hecho grandes cosas… puede sonar feo pero es la realidad, en este mundo el que no grita sus logros, sus fortalezas y sus virtudes no es reconocido… no debiera ser  así pero así es, así que no pierdan la oportunidad de marketearse!!!

Ah! Y como una última recomendación, por favor no cometan el desatino de ir a la peluquería y hacerse un elaborado peinado como si fuesen a los premios Oscar… no pega para nada!!!,si quieren peinarse háganlo porque nada que ver ir como si fueras saliendo de la ducha…, pero no exageren… recuerden que no están en la alfombra roja… jejeje
Por Malú
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