25 de noviembre de 2011

Tema Casquivano: Machismo y la mujer dormida

El cuento se acabó

Ya que ayer Malú hablaba de la forma en que se están criando a los niños en relación al grado de machismo, me acordé de una entrada que escribí en mi blog personal hace tiempo y decidí reciclarla y someterla a su opinión. Probablemente recibiré lluvia de tomatazos por ella. Mucha gente me pregunta en qué lugar los hombres son mas machistas, en México o en Chile. Yo inmediatamente contesto que en México. Lo que no me preguntan nunca es dónde es mas feminista la mujer, yo contestaría inmediatamente que en México. ¡Tamaña desproporción!

Si bien a los hombrecitos como de mi generación para atrás se les educó para ser los señoritos de la casa y no ocuparse de ninguna de las tareas hogareñas ni propias de la condición femenina (y no en todos los casos, porque mis hermanos fueron una gran excepción en esa época), ahora las que son esposas de esos hombres machistas y madres de los pequeños hombrecitos en ciernes, están educando a sus retoños con otra perspectiva y muy especialmente a las niñas. Sin meterme mucho en temas como la condición social, la composición de la familia, el nivel de educación de los padres y la igualdad de los sexos, las familias mexicanas jovenes están educando a sus hijos de forma que los roles de género van cambiando y practicamente no tienen ya los límites establecidos como hace algunos años.

Entonces ahora lo que se ve en México y que poco lo he visto yo aquí, es que el límite del machismo lo pone la mujer. Es ella la que decide cuánto aguantar de un hombre machista, marca los límites y siente la confianza para que cuando esos límites sean transgredidos, marcarlos más duramente, hacer caso omiso de las machorradas del hombre o darse la vuelta y marcharse. Cada vez menos mujeres están dispuestas a aguantar hombres machistas y eso tiene mucho que ver con que cada vez tienen mas acceso a cosas que antes eran solo para hombres, hoy no solo en los campos de la educación, la salud, la política, sino en el ámbito de lo científico, lo económico, lo sexual, etc. y aunque afuera de la casa las reglas siguen siendo mas o menos machistas todavía (la discriminación por ser mujer a la hora de contratar empleados sigue siendo muy alta), dentro de la casa la mujer ya no asume ese papel de sometida que todavía 5 o 10 años atrás creaba "super women" que después del trabajo tenían que llegar a la casa, preparar la comida, ver a los niños, limpiar la casita y esperar al marido toda mona con las plantuflas en una mano y el trago en la otra, acostando tempranito a los niños para que no hagan ruido porque "papi llegó muy cansado del trabajo y necesita relajarse".

No señoras y señores, eso ya no existe, o por lo menos está en seria extición. Sea porque el trabajo le da posibilidad de contratar una nana o porque se casó con un hombre más desarrollado que el cavernícola, la mujer ahora se toma el derecho (si, se lo toma porque si no, nadie se lo va a dar) de llegar a la casa después del trabajo, ponerse las pantuflas y prepararse un trago (entiéndase que es esto es una metáfora, si no, todos los hombres y mujeres seríamos unos alcoholicos) y esperar al marido para que se tome uno con nosotras, que la nana no vino y las camas no están echas, ya las hará ella o él o juntos o ninguno de los dos, que no hay cena preparada y no tengo ganas de cocinar, cocinará él o saldrán a comer o comerán pan con queso y vino; el tema es que cuando las cosas se hacen debido a un rol de género, ahí es cuando la cosa ya no cuadra.

Aca en Chile yo he observado otra realidad (ojo, no dije generalidad). Aunque las chilenas son mas liberadas en muchas cuestiones, cuando se casan con el cavernícola, vuelven a la época de las cavernas ellas también. Ambos llegan cansados del trabajo y él se tira en la cama y prende la tele porque "está agotado" y ella se cambia de ropa, la cuelga porque si la deja tirada nadie lo va a hacer por ella, se va a la cocina a ver qué hay para la once y si falta pan es ella la que va a buscarlo o si es él, va refunfuñando porque está cansado.

Por amor las mujeres chilenas se someten, se achican, se cortan las alas, se estancan, se marchitan y mueren...aunque jamás lo reconozcan! Porque como después de todo, son liberadas, le piden al marido que lave los platos de la cena los viernes en la noche y el marido, como sabe que al fin y al cabo se casó con una feminista accede, lava los platos y ella se lo agradece y se lo festeja como si hubiera encontrado la cura contra el cáncer y ahi no para la cosa, cada vez que ella hace alguna otra petición como "¿puedes poner la ropa en la secadora?" y él no accede, ella no puede decir que él no hace nunca nada porque "yo si ayudo mi amor, acuerdate que te lavé los platos de la cena el otro día" y no es que lo digan simplemente para eludir el trabajo femenino...¡No! ¡En verdad creen que el trabajo está equilibrado!

No sé en qué lugar existen mas hombres machistas pero sí se que el grado de machismo en México alcanza extremos insospechados. La gran diferencia la hace que en México, la mujer dormida está despertando desde varias generaciones atrás y en Chile, la mujer despierta se adormece.
*Por Mara
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