¿Justicia Divina?
El fallo de El Vaticano sobre el caso del padre Fernando Karadima es sin duda la noticia más comentada del fin de semana. Apareció llenando páginas y páginas de los diarios de mayor circulación del país y en menor medida también ocupó bastante tiempo en los noticieros, aunque claro, sin el bombo y platillo que le dedicaron las ediciones escritas. Eso sí, tengo que admitir que esperaba la portada de la Revista El Sábado con la foto gigante del padre Karadima en pleno momento de la consagración y en grandes letras negras las palabras del título de este post. Pero supongo que el editor en jefe de la revista está de vacaciones y nadie quiso tomarse el trabajo de hacer una edición como esa con la urgencia que ameritaba.
En fin, volviendo al tema central de este post. El Vaticano declaró culpable a Karadima de abusos no solo de tipo sexual a menores, también con violencia (en el caso de mayores de 16 años, refiriendose a violencia de tipo emocional) y de abuso de autoridad eclesiástica. El fallo se dió a conocer publicamente este fin de semana, específicamente este viernes pasado cuando Monseñor Ricadro Ezzati anunció la sentencia, sin embargo la Santa Sede la había emitido y comunicado a las partes implicadas desde el día 16 de Enero. No tengo idea de porqué, pero la verdad me hace preguntarme si esperaron tanto porque la mitad de Chile estaba de vacaciones...nooo, no puedo ser tan mal pensada. Sus razones tendría la iglesia para esperar.
Y sus razones también tiene para no excomulgarlo. La gente piensa que esa es la pena máxima que se le puede imponer a un religioso, pero para mí eso sería practicamente lo mismo que dejarlo libre. Si es verdad todo lo que se le imputa quiere decir que no ha vivido para honrar el código religioso al que se debía como sacerdote ¿porqué habría de pesarle que ese código deje de regirlo? mejor que lo dejen bien encerradito (allá él si reza o no reza como lo dicta su sentencia) pero al menos ya no hará mal a nadie más.
Personalmente me intrigan todas las aristas que este caso ha tomado en relación a la opinión de la gente. Como en todas las instancias hay personas a favor, en contra, y -pocas, creo- que no tienen opinión a uno u otro lado. Yo trato de no tomar partido, pero creo que ser vulnerables a la tentación y tener falencias es precisamente lo que nos convierte en humanos, entonces no me sorprende ver que sucedan este tipo de cosas, ni me doy golpes en el pecho.
Lo que sí me sorprende es ver todo este movimiento de gente, prensa y opiniones que se ha generado y me hace dar cuenta de cómo una sola persona con suficiente carisma, personalidad, auto estima y una gotita de poder puede someter la mente, espiritualidad e incluso voluntad de los demás. Y lo digo hacia los dos lados, tanto de los acusadores como de los defensores (ambos víctimas y victimarios, dependiendo del lado desde donde se mire). Tanta behemencia para condenar y tanta behemencia para defender...todo reflejado en un solo mortal.
Ahora falta saber qué dirá la Justicia Civil, ¿hay causa o no hay causa para juzgar? La justicia ecleciástica (porque no es Divina, aunque para efectos del título suene muy bien) dice no solo que hay causa, sino que el acusado es culpable. ¿Influirá esto en la decisión de reabrir o no el caso en la justicia de los hombres? El martes lo sabremos. Mientras tanto, el Gran Dedo Acusador en Roma se ha levantado y ha señalado al padre Karadima.
Yo opino que estaba bueno ya que la Iglesia reconociera los abusos que han cometido sus miembros, porque hay cosas como ceder a la tentación de romper el celibato pero otra cosa es abusar mental, fisica y sexualmente que personas, todavía más si se trata de niños y jóvenes. Eperemos ahora que también pueda ser juzgado por la justicia.
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