17 de enero de 2012

Vida Casquivana: ¡Se feliz!

Es TU responsabilidad
La felicidad es un concepto (a Dios gracias) bien amplio, relativo a quién habla e indefinido en términos de conducta (esto último para fortuna de los psicólogos, porque si no fuera así, tendrían que medirla). Buscarla en el diccionario o en Wikipedia se me hace exactamente igual de inútil que tratar de definirla por cualquier medio y por eso solo me limito a preguntarte ¿eres feliz?
Antes de que me contestes piensa bien tu respuesta…no estoy hablando del humor con el que te levantaste esta mañana, ni pretendo que me digas que andas todo el día con la sonrisa en la cara; tampoco se trata de decir que sí, que eres feliz y que por lo tanto tienes la vida hecha, o decir que no y echarte a morir nomás. No, esto de la felicidad tiene su ciencia, y sobre todo tiene su grado de dificultad también porque eso de que “siéntate en la puerta de tu casa a esperar a que llegue la felicidad” no le ha funcionado a nadie que yo conozca.
Entonces, bajo la premisa de que somos constructores de nuestra propia felicidad, hay ciertas cosas que podemos hacer en lugar de sentarnos a esperar que llegue. Por lo menos a mí me parece mejor así, ya que implica entonces que somos felices por elección y no por una cierta energía cósmica, mágica o divina que nos hace envíos esporádicos de momentos felices.
Ah! Pero ahí es donde se nos viene la enorme responsabilidad, porque si pensamos que la felicidad es una elección ¿quiere decir que si no somos felices es porque no queremos? Orale! (en profundo mexicano sea dicho) ahí es cuando al chancho se le tuerce el rabo porque claro que es más fácil decir que no eres feliz porque esto o aquello te pasa, o porque tal o cual persona te hace sufrir o por culpa de esto o lo otro que sucede en el mundo…pero de ahí a plantarte en ambos pies y decir “yo me responsabilizo de mi propia felicidad” hay un largo trecho. Y no todos se atreven a recorrerlo.
¿Y por qué no? Pues porque en su mayoría se trata de modificar conductas y actitudes que como seres humanos son casi inherentes a nosotros. Para mí, se trata fundamentalmente de tres: La negatividad, la preocupación y la ira. Uno no puede andar iracundo, negativo y quejándose de todo en este mundo, porque jamás, pero jamás de los jamases será feliz (aun cuando hay gente que dice “así soy feliz”, no les creo).
Atrévete tú a partir de hoy, pregúntate –pero en serio- qué cosas tienes que hacer o dejar de hacer para hacerte cargo cada vez más de tu propia felicidad… y ya que estamos en esas, también para tomar parte en la felicidad de otros ¿no?
*Por Mara
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