El último almuerzo del año
Fuimos al cine con El Esclavo el sábado para capear el calor y al salir había mucha hambre y pocas ganas de cocinar. Como andabamos de espíritu innovador por la despedida del año, no quisimos entrar a nuestro consentido El Otro Sitio y tampoco queríamos aventurarnos a comer la comida gringa de los varios restaurantes que hay ahí; da lo mismo si te comes unas alitas de búfalo o unas costillas a la BBQ, todo sabe exactamente igual.
Así que caminamos un poco más y estábamos a punto de dar media vuelta y enfilar hacia el Santa Brasa cuando El Esclavo recordó que alguna vez yo había mencionado que quería conocer el nuevo restaurante (ya no tan nuevo pero cuando lo mencioné sí lo era) que abrieron en el lugar donde estaba el Benihana of Tokio y allá fuimos. Madame Tusan es un restaurante de comida Chifa, que es la forma de llamar a la comida china que se ha adaptado al gusto y cocina peruanos. A modo de adelanto les puedo decir algo: Rico, abundante, innovador...excelente.
Para empezar, una limonada con menta y gengibre para mí y un “Dragón Loco” para El Esclavo. Mi bebida tenía el toque perfecto y refrescante que necesitaba en ese momento, y el Dragón estaba bien loco, pero delicioso: una combinación de maracuyá, mango, piña, gengibre y pisco, si la memoria no me falla.
Leímos la carta y como entrada nos decidimos por una “Degustación Perol”, que era algo así como un muestrario de 4 diferentes entradas: wan tan (nada de ordinario tenía este clásico de los restaurantes chinos), alitas de pollo en salsa agridulce, y dos masitas fritas que no recuerdo cómo se llaman, pero estaban deliciosas...pero lo mejor de todo es que el mesero nos preguntó si nos gustaba el picante y ante la respuesta afirmativa nos trajó dos salsas picantes que realzaban el sabor de todo y que a mí me dejaron casi a punto del orgásmo.
Les cuento que en este restaurante, como en todos los de espíritu oriental hay que pedir la comida pensando en compartirla ya que los platos son abundantes y con una mezcla de sabores que lo dejan a uno satisfecho antes de lo previsto. No pidan un plato por pesona a menos que quieran cenar lo mismo en casa. Por supuesto a nosotros se nos antojaba todo porque ya estabamos a punto de morder gente con el hambre que teníamos, pero terminamos decidiendo por algo bien sencillo a la vista que no defraudó al paladar.
Se trata del Pollo Bruce Lee que entre paréntesis en la carta reza "(solo para valientes)" ya que se trata de pollo cortado en trozos, rebozado y después salteado con ají verde y pimientos verde y rojo, maní, gengibre, cebollín y miel. No era nada picante, pero era terriblemente delicioso acompañado con un arroz Chaufá vegetariano que servía para suavizar un poco los sabores fuertes de Bruce Lee. Un acierto la elección, la comida tenía muchos ingredientes, pero todos ellos armonizaban de manera incomparable en el paladar. Por supuesto vamos a tener que seguir yendo a probar todas y cada una de las opciones que nos quedaron pendientes en la carta.
Como dato final les puedo decir que me fijé en lo que ordenaban las otras mesas y casi todas pedían pato en alguna u otra preparación...parece que es muy bueno porque vi gente que se chupaba los dedos. Nosotros no nos atrevímos esta vez porque el pato es pesado y ya estabamos preparando la guatita para la cena de fin de año ese mismo día más tarde.
En resumen: vayan. Especialmente haganme caso si quieren salir de lo cotidiano y se atreven a probar sabores aliñados y diferentes. Ya saben que yo jamás les voy a recomenar un restaurante malo. Este es delicioso y diferente, con excelente atención, precio promedio del Parque Arauco (ni muy muy, ni tan tan) y una carta que lo deja a uno pensando en la próxima visita.
*Por Mara
