Con gas o sin gas???
Si han leído los post anteriores sabrían que hace poco con F nos cambiamos de casa, bueno… de departamento para ser más exactos y como todo dueño de inmueble nuevo, no hay semana que no pase sin tener que llamar al servicio de post-venta porque algo falla en el depto.
En estos ires y venires hemos pasado desde los básicos “pintura descascarada” o “llave que gotea” hasta los más insólitos como “incendio en la cocina”, sí amago de incendio de en la cocina, he aquí nuestra historia… o histeria…
Cuando nos cambiamos, después de investigar el porqué no salía agua caliente de la llave logramos identificar el problema al tratar de prender la cocina y verificar que por ahí no salía nada… el gas no estaba dado desde la conexión externa (tenemos caldera individual). Así que uno de los amables conserjes subió y abrió la llave de paso… bien, problema solucionado, ya podíamos bañarnos y lo más importante… cocinar.
Pero resulta que lo de cocinar no fue tan sencillo como uno está acostumbrado en estos días. Cada vez que prendíamos la cocina salía un olor muy fuerte a gas, pero no del aparato mismo, sino que del mueble que estaba abajo y al lado, abrías la puerta y estabas a punto de morir de inhalación de gases tóxicos. Cuidando nuestra seguridad avisamos a la inmobiliaria, redujimos el uso de la cocina a lo estrictamente necesario y ventilamos al máximo, en ese momento inocentemente no pensamos que era una fuga propiamente tal, sino que el olor salía porque las cañerías se estaban llenando, tenían que tomar presión y cosas por el estilo.
Hasta que un día del fin de semana (obvio nadie va corriendo a arreglarte los problemas, aunque se trate de un posible escape de gas… inmobiliarias…), F estaba cocinando unos ricos tallarines para el almuerzo cuando me llama preocupado desde la cocina…. No había olor a gas… sino que un fuerte olor a quemado que ya se estaba empezando a sentir en el living. Llego a la cocina y por debajo de los quemadores SALIA HUMO, sí, la cocina humeaba…
Cortamos todo inmediatamente y nos quedamos mirando con cara de ¿qué onda? El aparato se estaba quemando por dentro!!! Plop!
Y así pasamos varios días, sin poder cocinar salvo cosas al horno (que es eléctrico y no tiene nada que ver con la cocina)) hasta que los señores de post–venta se dignaron a aparecer, para hacer una revisión… porque obvio no arreglaron el tema inmediatamente… sino que se tomaron un par de días más entre que llamaron al técnico de la cocina…
La conclusión: algo había quedado mal instalado cuando pusieron la encimera y “algo” (no se como se llama, pero es una pieza que va debajo) se había empezado a quemar y de ahí el humo y la parafernalia del cuasi incendio (que tomó otro par de días en arreglar porque había que traer otra pieza).
El punto álgido: El mismo técnico que fue a ver la cocina y que andaba con uno de esos aparatitos para medir las emisiones de gas, amablemente se ofreció para ver si había una fuga y qué creen… teníamos la tremenda media ni que fuga de gas!!! (Ya lo arreglaron no se preocupen, no teman por nuestra vida…no saldremos volando por la ventana disparados por la explosión).
Así que plop! nos entregaron un departamento con fuga de gas, que podría habernos costado la vida…
Y como si fuera poco… hace una par de semanas nos cortaron el gas porque la inmobiliaria no solo no había pagado las cuentas que les correspondían, sino que además se había llevado todas las cuentas que estaban llegando y no nos enteramos del “corte en trámite” hasta que este fue efectivo… (recuerdan que les dije que teníamos caldera individual….¡)
Por Malú