No vayas a decir que te lo dije yo...
No me digan que no, siempre hay alguien. Él o La chismosa de la oficina viene a tí aunque no la llames, se te acerca revolviendo el café con stevia que se acaba de preparar y desde que escuchas el primer tintineo de la cucharita contra la taza, y el ruido de sus tacones de aguja, sabes que vienen por lo menos 15 minutos de perder tu valioso tiempo escuchando la última de qué hizo quién, con quién y dónde.
El chisme es una de las formas más fáciles y ruines -debo decirlo- de obtener cierto nivel de estatus y poder en la oficina. ¿Saben por qué? porque supone estar en propiedad de cierta información -sea esta verdad o mentira- que otros no quieren que se sepa. Entonces, la chismosa de la oficina se siente superior, en control y lista para lanzar sus dardos en la dirección que más le convenga en ese momento.
El chisme se convierte en un arma...y con la maestría correcta, puede tratarse de un arma asesina. Puede ser utilizado para cobrar venganza, tomar ventaja sobre alguien, castigar a alguien o simplemente canalizar una malsana envidia.
El o la chismosa de la oficina también es una persona muy insegura por dentro, aunque por fuera parece que tiene la autoestima muy alta. Esta persona quiere atención con más desesperación que un adolescente de segundo medio al que nadie pesca.Y ella desea más que nadie en el mundo, que la pesquen, que la escuche, que la miren y -sobre todo- que le crean.
Siendo estas las dos principales motivaciones de el o la chismosa de la oficina, ahora ya sabes qué hacer. Desgraciadamente no es tan fácil darte la media vuelta e ignorarla(lo), pero existen algunas conductas y actitudes que hacen que esta gente deje de molestarte. Así que manos a la obra, es hora de pintar tu raya y tomar cartas en el asunto.
Primero que nada, trata de evitar cruzarte con esa persona, y cuando venga directo a tu oficina/cubículo/rincón, simula que recordaste de pronto algo importantísimo que tienes que ir a hacer a algún otro lado (incluso al baño si es necesario). Si no escuchaste la cucharita o los tacones y te ves acorralado contra tu escritorio, finge estar terriblemente concentrado en la pantalla de tu computador y contéstale con monosílabos: si, no, ajá? y si eso no la acorrala, de vez en cuando dile "perdona, qué dijiste? no te estaba poniendo atenación, hay tanto trabajo qué hacer...tú no tienes trabajo?
Y bueno, si nada de esto funciona, siempre está la bomba atómica: pones tu mejor cara zen y le dices "No tengo tiempo, ni interés para escucharte". Y bam! ahí sí que te das tu media vuelta y la dejas con la boca abierta...y luego me dices si funciona!!!!
El chisme se convierte en un arma...y con la maestría correcta, puede tratarse de un arma asesina. Puede ser utilizado para cobrar venganza, tomar ventaja sobre alguien, castigar a alguien o simplemente canalizar una malsana envidia.
El o la chismosa de la oficina también es una persona muy insegura por dentro, aunque por fuera parece que tiene la autoestima muy alta. Esta persona quiere atención con más desesperación que un adolescente de segundo medio al que nadie pesca.Y ella desea más que nadie en el mundo, que la pesquen, que la escuche, que la miren y -sobre todo- que le crean.
Siendo estas las dos principales motivaciones de el o la chismosa de la oficina, ahora ya sabes qué hacer. Desgraciadamente no es tan fácil darte la media vuelta e ignorarla(lo), pero existen algunas conductas y actitudes que hacen que esta gente deje de molestarte. Así que manos a la obra, es hora de pintar tu raya y tomar cartas en el asunto.
Primero que nada, trata de evitar cruzarte con esa persona, y cuando venga directo a tu oficina/cubículo/rincón, simula que recordaste de pronto algo importantísimo que tienes que ir a hacer a algún otro lado (incluso al baño si es necesario). Si no escuchaste la cucharita o los tacones y te ves acorralado contra tu escritorio, finge estar terriblemente concentrado en la pantalla de tu computador y contéstale con monosílabos: si, no, ajá? y si eso no la acorrala, de vez en cuando dile "perdona, qué dijiste? no te estaba poniendo atenación, hay tanto trabajo qué hacer...tú no tienes trabajo?
Y bueno, si nada de esto funciona, siempre está la bomba atómica: pones tu mejor cara zen y le dices "No tengo tiempo, ni interés para escucharte". Y bam! ahí sí que te das tu media vuelta y la dejas con la boca abierta...y luego me dices si funciona!!!!
*Por Mara