Una de las noticias que me alegró esta semana fue leer sobre el resultado de la mesa técnica para decidir sobre la remodelación del Parque Forestal de Santiago.
La agrupación de vecinos logró que el alcalde Zalaquett instaurara una mesa técnica y se discutieran alternativas diferentes a la pavimentación de alrededor de 3.000 metros cuadrados del parque. Es así como los vecinos lograron a través del diálogo (bien por los vecinos y bien por las autoridades que escucharon) disminuir la superficie pavimentada (pavimentada=pérdida de áreas verdes) que contemplaba el proyecto de remodelación y además cambiar el cemento por adoquines, que visualmente son mucho mejores para un parque ¿no creen?. Además lograron que en la zona de la Plaza de Francia, que también se pretendía pavimentar, se ampliaran las áreas verdes a 260 metros cuadrados (bien!)
Me alegra que los vecinos unidos hayan logrado mantener las áreas verdes de sus espacios públicos evitando que se conviertan en freideros de huevos (por el calor generado en las superficies de cemento), pero también hace que me pregunte ¿por qué las autoridades insisten en cambiar las áreas verdes por espacios cementísticos? ¿alguno tendrá acciones de alguna cementera? Lo que se intentó hacer con el Parque Forestal ya se ha conseguido con éxito, para desgracia de los habitantes y visitantes, en otras partes de Chile, como por ejemplo la plaza de Chonchi (en Chiloé), donde la vegetación dio paso a un gran cuadrado de cemento y como ocurrió también en la devastada Iloca, donde la plaza tuvo que ser remodelada a causa del tsunami y ahora es una gran espacio de cemento que refleja la luz solar (si no llevas gafas de sol mejor cierra los ojos), basta con mirar las fotos del antes y después de la plaza de Iloca.
Si el cemento es “pasto del mañana” ¿que sigue? ¿árboles de metal?
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