El visitante inesperado
No se por qué este tipo de cosas siempre me pasa a mi… si alguien tiene que encontrar algo fuera de lugar en su comida esa seré definitivamente yo y para colmo de males, siempre pasa cuando tengo más hambre.
Esta es la triste historia de cómo un día de felicidad completa y un hambre descomunal terminaron en un completo desastre cuando a pareció entre mi comida un GUSANO!!!!! Gordo y asqueroso del porte de un cuesco de aceituna.
Todo ocurrió el domingo, con F nos levantamos tarde y decidimos partir al mall a probar suerte, era urgente comprar al menos un par de pantalones, porque con mi último aumento de medidas mi gran closet de ropa para trabajar se ha visto reducido a un pantalón y 3 ó 4 blusas… o sea… costaba bastante llegar al viernes con algo decente para ir a la ofis.
Después de dar varias vueltas y visitar todas las tiendas de rigor (no las multitiendas, no se por qué le he tomado como fobia a comprar ropa ahí… debe ser porque no tienen 3 cuotas precio contado con la VISA..jejeje) y cuando ya estaba a punto de tirar la toalla nuevamente (no se por qué, pero volví de mis vacaciones detestando toda la topa de las vitrinas nacionales… me pasó lo mismo la vez anterior…en fin.. ya se pasará) encontré el anhelado pantalón como si se tratase del ultimo trozo de madera después del naufragio (lease: la salvación de mi vida).
Obvio ya a esa hora nuestros estómagos rugían como leones enjaulados y buscamos donde almorzar. F es súper reticente a entrar a restaurantes, porque después de la relación precio-cantidad-calidad del “Golfo di Napoli”, todos los restaurantes le parecen una estafa y sumado a que no come ni pollo, ni pavo, ni pescado (salvo de repente en ceviche), ni ensalada, ni cosas picantes ni agridulces encontrar un restaurant donde tengan algo que le guste es difícil.
Lo convencí, más por el hambre que por cualquier otra cosa, de ir a T.G.i. Friday’s (en el Parque Arauco)… no fue una de las mejores elecciones (casi todos los platos tenían pollo) pero F encontró una hamburguesa de su agrado en el menú, la limonada con frutilla estaba rica, fresquita y refrescante y yo opté por unas brochetas con camarones, ensalada de lechuga y brócoli al vapor (andaba con muchas ganas de comer brócoli).
Y ahí fue cuando pasó lo terrible. F obviamente ya había engullido su hamburguesa con papas fritas, mientras yo despacio atacaba mis brochetas y lograba, después de mucho esperar por el aceite de oliva, hincarle el diente al brócoli y al lechuga, en eso estaba, ya iba como a la mitad del plato cuando lo vi.
Pegado a uno de los tallos de mi brócoli había algo negro y medio bulboso, parecía como un súper poroto (ese fue mi primer pensamiento… que inocente…), pero al ir a separarlo del tallo para ver mejor de que se trataba no pude contener el grito: UN GUSANO!!!!! Sí, había un gusano en MI comida Eran tan asqueroso que tuve que hacer un gran esfuerzo para no vomitar ahí mismo.
Obviamente cuchillo y tenedor quedaron sobre el plato, avisamos a la supervisora del local, quién amablemente nos dijo que lo lamentaba mucho, pero que no podía hacer nada (obvio, la evidencia ya estaba sobre el plato) salvo que no pagáramos la cuenta. Así que pedimos el libro de reclamos, dejamos nuestra frase para el bronce, agarré mi bolsa de las compritas y nos fuimos.
Les ha pasado? Qué es lo más asqueroso que se han encontrado en la comida en un restaurant?
Por Malú