“El que no nace, se hace”
Hay días en que uno simplemente no quiere trabajar. OK, tienes que levantarte de la cama y dirigirte a tu oficina, además de sentarte en tu escritorio y prender el computador…ante todo eso no hay remedio porque tampoco puedes faltar al trabajo cada vez que no tienes ganas de trabajar.
Pero lo que sí puedes hacer es aprender el difícil arte de sacar la vuelta. ¿Qué es eso? Pues es algo así como fingir que estás trabajando a full cuando en realidad estás desparramando tu tiempo entre varias actividades mucho más placenteras que trabajar y por lo bajo haces una o dos cosas para que nadie se de cuenta de que estás ahí y no estás durmiendo frente al computador.
Pero como la verdad es que a mí esto no se me daba antes (era difícil hacer el loco cuando tienes a tu cargo un grupo de 25 niños de 3 años), recién estoy tratando de aprender el este arte. Para ello tuve que recurrir a un gurú del género que me pidió que mantuviera su nombre en secreto por el bien de su seguridad económica. He aquí sus valiosos consejos:
· Primero asegúrate de que todos crean que estás trabajando en algo muy importante que tiene que estar listo el día de hoy. Pon cara de concentración y si te hablan demórate en contestar con algo así como “me hablaste? Disculpa, es que estoy metidísima en esto”.
· Dale a entender a todo el mundo (y dilo directamente) que solo te molesten si es algo de vida o muerte o hay que evacuar el edificio porque no te puedes distraer.
· Incluso puedes poner un cartelito “No molestar salvo urgencias de vida o muerte”.
· Una vez hecho esto, elige dos o tres archivos (de preferencia Excel que son más intimidantes) para tener abiertos y ponerlos en pantalla cuando alguien se acerca (se supone que en esos estás trabajando).
· Ahora piensa en qué quieres ocupar tu tiempo. Leer blogs, leer el diario on-line, pensar, hacer un puzzle…
· No te quedes pegada mucho tiempo en lo mismo, alterna las páginas de internet que estás leyendo o no te quedes mucho tiempo mirando el techo y divagando.
· Acuérdate que tiene que parecer como que estás 100% ahí, así que de vez en cuando contesta un mail urgente o una llamada.
· Por último, si tienes una botella de agua o una taza con bebestible, asegúrate de no llenarla, así tendrás una excusa para levantarte a estirar las piernas cada cierto tiempo.
· Disfruta tu día!
Y recuerda que Roma no se hizo en un día, esta técnica necesita de práctica y mucha paciencia para poder llevarla a cabo con perfección y sin culpa.
PD: Casquivana no fomenta la irresponsabilidad laboral en forma permanente… pero de vez en cuando… jejejeje