Me conecto, luego existo
Miles y cada día miles más de personas viven enteramente conectados, la mayoria de ellos gracias al pequeño juguetito llamado celular que hace mucho tiempo que dejó de ser el pesado ladrillo que servía para apantallar a todos cuando sonaba en medio de una multitud y tú podías alardear de estar disponible al teléfono "en cualquier lugar".
Recuerdo con agrado los días en que uno podía decir "es que no estaba en casa y no recibí la llamada" o si eras de los que tenías ladrillo "es que tenía apagado el celular" o "dejé el celular en la casa"...ahora a una se le ocurre decir algo así y todo el mundo te mira como bicho raro. Así como decimos que si no está en internet no existe, si tu no estás conectado, no existes.
Los smart phone entraron en nuestra vida y la cambiaron para siempre. Uno se puede mandar a cambiar a la Patagonia y vivir en una cueva al lado de una oveja en plan de hermitaño, pero hasta allá estarás al alcance de alguna antena de celular. Hablando de antenas de celular, las estoy viendo con otros ojos: son como espías que te pueden ver desde cualquier punto del planeta, listos para ponerte el grillete si es que se te ocurre pensar remotamente que puedes liberarte de la conexión.
Si ya se que la cosa no es tran dramática, pero en el momento en el que te das cuenta de que estas a la mesa del almuerzo y en un minuto todos agarran el celular y checan las llamadas perdidas, textean o revisan su correo, uno empieza a preguntarse: ¿seré tan fome que los aburro y por eso se distraen con el celu? ¿o no será que soy yo la que está mal por no estar hiper conectada?
Ultimamente, por azares del destino yo me he convertido en ellos. Estoy hiper conectada, cuando no estoy en el computador de la pega estoy en el personal o mirando y contestando correos en el celular o por gtalk a las 11 de la noche... no me hace gracia. Quiero estar conectada, sí, pero de otra forma.
Conectarse significa tender un lazo o un cable entre tú y algo o alguien que por alguna razón es significativo para tí. Pero me da por pensar que mientras más conectados estamos cibernéticamente, menos lo estamos en el plano humano, en el personal y hasta en el cósmico (¿me puse esotérica?).
La invitación de hoy es a que se conecten de nuevo, pero con las cosas más importantes: el propio interior, la familia, los amigos, los placeres de la vida...para que de nuevo aprendámos a decir -sin culpa ni cara de bichor raro- "tenía apagado el celular porque estaba viendo mi peli favorita" o "porque estaba leyendo" o "dejé el celular en casa y salí a dar una vuelta por el parque". Vale la pena, de verdad.
*Por Mara