27 de mayo de 2012

Vida casquivana: Mezclas invernales


Lo que no me mata, me hace más fuerte.... o no?


Ahora que empezó a hacer frío, mi mente ha comenzado recrear las combinaciones de cosas ricas y cerdas ideales para estos días en que el termómetro marca “quedarse en casa bien arropada”.

Ya sean dulces o saladas, la comida invernal, con esas mezclas espesas e hipercalóricas, están pensadas para comer y no moverse, si no están de acuerdo, los invito a leer las siguientes a modo de ejemplo, ojo que esto es solo para profesionales… no lo intenten si están solos en casa, si tienen problemas cardíacos y por nada del mundo lo hagan un hábito si no quieren morir jóvenes de un tapón de grasa en alguna vena.


Una de las cosas que se me viene a la mente es a la vez la cosa más tóxica (y nada de mala al paladar, si puedes aguantar la bomba calórica) que he comido: churros con chocolate. Esta extraña mezcla, que no tiene nada que ver con rellenar un churro con salsa de chocolate ni menos con la inocente intención de rociar un churro con cobertura de chocolate, la probé en España, me costó entenderla, pero al final sucumbí: primero necesitas churros frescos y calentitos (o sea recién hechos) a eso le sumas una taza de chocolate caliente bien espesa, en la cual tienes que remojar (si leyeron bien, RE-MO-JAR) el churro antes de comérselo… una competencia invernal retadora es ver quién es capaz de comer más churros antes de caer en coma… jejeje

Para compensar el chock de azúcar que la mezcla anterior puede producir en cualquiera de nosotros o simplemente para nivelar el dulce y poder seguir comiendo, nunca está demás tener a la mano una fuente de sopaipillas, gorditas, naranjas y esponjosas. Si tienes la suerte de estar por ahí cuando salen recién del aceite puedes aprovechar que están calentitas y ponerles un poco de mantequilla encima para que se derrita (… como si ya no tuvieran suficiente grasa)…mmmm… deliciosas….  Para los que quieran variar un poco y ponerse algo “gourmet” solo hay que untar la sopaipilla con guacamole (con receta original mexicana eso sí… no esas variaciones chilensis que más parecen pebre con palta que guacamole)… mmm… de solo pensarlo se me hace agua la boca.

Como les decía, por favor, si van a a caer en alguna de estas tentaciones (o en otras propias, en cuyo caso por favor compártanlas), no lo hagan un hábito, lo digo en serio.

Por Malú
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...